Indagaron a la pareja del detenido en la «cueva» del puerto de Santa Fe
Se realizó la audiencia indagatoria a María Laura Miassi, pareja de Ángel Yamil "Turco" Benavídez, detenido el mes pasado en una "cueva" del puerto santafesino con gran cantidad de dinero en moneda local y extranjera y 39 tarjetas de débito.
El juez federal Aurelio Cuello Murúa presidió la indagatoria solicitada por el fiscal federal nº2 Walter Rodríguez, para quien Miassi habría intervenido en los delitos de "intermediación financiera no autorizada" y "lavado de activos de origen ilícito, agravado por su calidad de funcionaria público y por haber actuado en ejercicio de una profesión que requiere habilitación especial".
La mujer, que cuenta con la representación de la abogada Clara Vázquez, es contadora pública y en septiembre de 2022 fue designada Directora General de Crédito Público en el Ministerio de Economía de la Provincia. Durante la audiencia de este lunes se la puso en conocimiento de la investigación en su contra, tras lo cual se negó a declarar.
La Fiscalía comenzó a investigar a Miassi tras recibir los resultados del peritaje al teléfono celular de Benavídez. Fuentes cercanas a la causa señalaron que la contadora brindó un aporte esencial para que su pareja desarrollara actividades de "intermediación financiera no autorizada" y "lavado de activos de origen ilícito". Para ello le dio asesoramiento técnico y llevó el registro contable de las operaciones financieras (registro de operaciones, control de stock de billetes, cálculo de la ganancia final).
Dicho asesoramiento no se habría limitado a las actividades relacionadas con el funcionamiento de la "cueva", sino que se extendería a todas las actividades comerciales realizadas por el "Turco" Benavídez, llegando a simular una situación fiscal engañosa ante la AFIP.
Por esto, para la Fiscalía más allá de la relación sentimental que existía entre Benavídez y Miassi, ella actuaba en calidad de "socia" de la empresa criminal. Ambos habrían tenido una "coautoría funcional" durante la ejecución del delito, con una clara distribución de roles.
De los chats entre la pareja se pudo inferir que Miassi realizaba el registro contable de las operaciones de venta de divisas que llevaba a cabo Benavídez, y que intervenía en la gestión y control del negocio para que este resultara rentable. Esto era posible gracias a que ella calculaba el total recaudado, los costos en concepto de intereses que debían pagar a los "inversores" y las sumas que necesitaban para ello.
Además, surgió que en algunas oportunidades Miassi intervino directamente en la comercialización de la divisa, y que podía disponer del dinero.
En cuanto al asesoramiento técnico, consta que la contadora colaboró en la emisión de facturas a nombre de Benavídez como contrapartida de las transferencias en pesos que le llegaban a éste y que estarían ligadas a la venta de dólares. En esas "facturas truchas" consignaban que él había prestado servicios (como transporte de pasajeros) a favor de quienes le enviaban el dinero.
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