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Gatillo fácil: 14 años de cárcel a un policía

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15-02-2017 | JUDICIALES | ROSARIO
Gatillo fácil: 14 años de cárcel a un policía

La sentencia alcanza al oficial Mario Urquiza, quien en 2011 asesinó de un balazo a Sergio Ezequiel Luján tras una persecusión en Pueblo Esther.

El comisario Mario Daniel Urquiza, quien fuera jefe de Logística de la Policía de Acción Táctica (PAT), fue condenado ayer a 14 años de cárcel por considerarlo autor penalmente responsable de los delitos de homicidio calificado, falsedad ideológica de documento público y portación ilegal de arma de fuego de uso civil. La sentencia fue dictada por el juzgado en lo Penal de Sentencia Nº 2 integrado por los jueces María Isabel Mas Varela, Edgardo Fertitta y Julio Kesuani. El próximo miércoles 22, los magistrados darán a conocer los fundamentos del fallo, momento en el cual empezarán a correr los plazos legales para las correspondientes apelaciones de las partes.

El juicio oral y público contra el oficial Urquiza comenzó el primer lunes de febrero y ese día hubo un detalle que sorprendió a todo el auditorio que se había congregado en la sala de audiencias del Tribunal. En un episodio que presentaba todos los ingredientes que se observan en los casos de gatillo fácil (un joven ejecutado por la espalda por un disparo policial, un arma plantada y un acta amañada para presentar como enfrentamiento algo que no lo fue) el policía, de 33 años, dirigió la palabra y confesó lo que consideró su delito: "Yo mentí en el acta por ser la primera vez que me sucedía esta situación, mal aconsejado. Pero no tuve intención de matar a este joven. Tropecé y se me escapó el disparo".

Desde atrás

Se refería al asesinato de Sergio Ezequiel Luján, ocurrido cerca de las 22 del 2 de diciembre de 2011. Minutos antes un llamado había alertado a la subcomisaría 15ª de Pueblo Esther que estaban por asaltar a un comerciante. Dos efectivos llegaron entonces en un vehículo oficial al cruce de las calles Juan Domingo Perón y Venezuela, donde observaron a dos jóvenes que salieron corriendo en distintas direcciones.

Los uniformados persiguieron uno a cada uno. Urquiza alcanzó a Luján y lo subió al móvil de la seccional tras reducirlo y tirarlo al piso. En esas circunstancias perdió de vista a su colega y dio la vuelta manzana conduciendo el patrullero en busca del otro sospechoso. Entonces bajó del móvil en México al 1200, donde Luján (sin estar esposado como debía) intentó escapar a la carrera, dijo la versión oficial. Sin embargo, apenas alcanzó a correr unos metros cuando cayó baleado por la espalda ante seis testigos y murió en el Hospital Gamen de Villa Gobernador Gálvez, donde fue trasladado en la misma camioneta policial en la que lo habían detenido.

Escena cambiada

En el inicio del juicio oral el oficial Urquiza reconoció que la escena del tiroteo fue "inventada", que Luján corría desarmado cuando fue herido por la espalda y que al joven, que tenía 19 años, los policías le plantaron un revólver calibre 22 para sustentar el relato falso. Además sostuvo que el acta que sostenía ese relato y él firmó era falsa, aunque en una actitud corporativa no identificó a los policías que la confeccionaron.

Además de confesar esa situación, que dijo haber aceptado "por miedo a perder el trabajo", afirmó que no quiso asesinar al joven. "Cuando este masculino (por Luján) que estaba en la camioneta sale corriendo hacia el sur, salgo tras él. Tropiezo y producto de ello se me escapó el disparo, a unos 40 metros. El arma estaba montada y cargada, pero no apunté. Juro que no lo maté a quemarropa como dicen. Me sucedió ésto, mala suerte. Pero nunca tuve intención de matar. Pido disculpas a la familia porque no se merecen una situación como esta", se despachó Urquiza ante un auditorio silencioso y sorprendido.

Calificación cambiada

Asimismo, a la hora de los alegatos el fiscal Carlos Covani también mostró un accionar disímil al que había tenido en el arranque del juicio. En el inicio caracterizó el caso como un típico hecho de gatillo fácil y acusó a Urquiza de homicidio calificado por el abuso de su función policial y falsificación del acta, lo que prevé una pena de prisión perpetua, pero al pedir la pena final cambió el enfoque de la acusación y redujo su solicitud: luego de considerar que durante el debate no se demostró que el acusado hubiera cometido un abuso de sus funciones, pidió 14 años de cárcel por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, lo que finalmente fue aceptado por el tribunal en el fallo dado a conocer ayer.

Por su parte, en aquella jornada de alegatos, la querella que ejerció el abogado Oscar Pandiani en representación de los familiares de la víctima ratificó su planteo inicial de prisión perpetua por el homicidio calificado por el abuso de su función (un caso de gatillo fácil), sumado al delito de la portación previa del revólver que le plantaron a Luján en el lugar del hecho para falsear la escena; y la defensa del policía, a cargo del abogado Sergio Casas, pidió la absolución por considerar que el acusado no tuvo intención de matar.

Los fundamentos del controvertido fallo serán conocidos el próximo 22 de febrero en los mismos Tribunales donde se desarrolló el juicio.

Fuente: Sin Mordaza – La Capital

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