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Sentida carta sobre una víctima de la tragedia de Monticas

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19-02-2018 | INTERES GENERAL | A UN AÑO DEL ACCIDENTE
Sentida carta sobre una víctima de la tragedia de Monticas

María Belén quedó en coma tras el siniestro vial en la ruta 33, donde murieron 13 personas

A poco de cumplirse un año de la tragedia de Monticas, familiares de María Belén Genga escribieron una emotiva carta para recordar a la mujer de 41 años, que quedó en coma tras el siniestro en la ruta 33 donde fallecieron 13 personas.

Natalia es prima de María Belén Genga, la mujer oriunda de San José de la Esquina que el 24 de febrero de 2017 iba en uno de los micros de Monticas que colisionaron en la ruta. María Belén viajaba desde Casilda a Rosario para encontrarse con Luciana, hermana de Natalia, pero nunca llegó. Fue hospitalizada y desde entonces se encuentra en estado de coma.

"Se cumple un año que no escuchamos la voz de María Belén, que ya su cuerpo no se mueve, que sus brazos ya no nos abrazan sinceramente", señala la carta que Natalia acercó a La Capital.

La carta completa es la siguiente:

A un año de la gran tragedia de Monticas.

Hoy se cumple un año que no escuchamos la voz de María Belén, que ya su cuerpo no se mueve, que sus brazos ya no nos abrazan sinceramente.

Un silencio infinito, terrible destructivo nos envuelve nos hunde en un abismo

Sus ojos enormes fijos en algún punto nos demuestra que la vida en un momento se vuelve dolorosa y trágica haciéndonos pensar que poco podemos hacer frente a la avaricia y la necedad humana!

María Belén sigue en coma, inmóvil…

Esta en su casa rodeada de llamadores de ángeles y el amor incondicional de toda su familia, sus hermanas que cambiaron su cotidianidad para cuidarla incansablemente, perdiendo también la vida que tenían y soñaban, su madre de 80 años se sienta en el borde de la cama pidiendo cada segundo de todas las horas una señal, una palabra, que le devuelva esperanza. Su hija menor no despierta y ella no tiene años para ayudarla. Sus amigos incondicionales que la visitan, le leen, le cuentan historias y tratan de envolverse muchas veces en sus brazos para no perder el recuerdo de aquel afecto genuino que provocaban sus abrazos…

Toda la gente común, familia y profesionales que asiste a María Belén lo hacen con un amor inmenso que emociona, pero ya nada cambia, no despierta a la vida maravillosa que tenía.

Nadie de la empresa se acercó nunca a nuestra querida María Belén…

Nadie de los responsables se dignó a ver lo que la codicia y su falta de escrúpulos ocasionó

Nadie de todos aquellos tantas veces denunciados son capaz de hacerse cargo de su falta absoluta de humanidad…

María Belén ya no se mueve, ya a no habla, ya no ve…

Aquellos responsables bestiales tienen que saber que han cometido un acto terrible, con su obrar causaron muchas muertes y sufrimiento.Muchas familias fueron destruidas; trece muertos, vidas totalmente arrasadas y a un año no hay ni un solo culpable preso.Los fiscales prometieron justicia , nunca más los vimos.

Fue un hecho anunciado, nadie escucho los cientos de reclamos, esta tragedia tiene muchos responsables.

Esos inescrupulosos no se si tendrán el coraje de pensar que han callado el existir de muchas almas y una de las voces sabias que conocimos, la de nuestra amada María Belén.

Lo peor de todo es que no cambio mucho la realidad, el transporte público de nuestra provincia sigue siendo decadente, peligroso y los controles no existen.

No sabemos si habrá justicia humana, nadie lo puede asegurar, igualmente la exigiremos hasta nuestro ultimo aliento, pero sí sabemos que un acto tan aberrante no tiene perdón.

Exigimos que aquellos que tengan que impartir justicia, actúen eficazmente de una vez, y no se conviertan también en responsables de los malos e inescrupuloso funcionamientos institucionales y sociales.

Sentimos que estamos desprotegidos, solos y en un terrible y constante peligro, a merced de la suerte, porque todo aquel que tiene que ordenar y controlar el buen desempeño de todos los organismo nos han abandonado por alguna razón, donde los que pagan el más alto precio son los inocentes, la gente común que cree todavía en la humanidad como aquellos trece muertos, María Belén y tantos otros que ya no tienen voz.

Familiares y amigos de María Belén Genga.

Fuente: Sin Mordaza – LC

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