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Se mostraba como un carnicero, pero vendía éxtasis en fiestas electrónicas clandestinas

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Un carnicero exitoso. Gracias a su modesto comercio en el barrio porteño de Versalles, Emiliano Leonel Damato pudo acceder a un auto de alta gama, una lancha de competición y una moto de alta cilindrada.

En realidad, en las últimas horas se pudo conocer la verdad detrás de sus llamativas adquisiciones. Tras una larga investigación se comprobó que el joven organizaba fiestas electrónicas privadas, algunas de ellas sin habilitación, en las cuales vendía pastillas de éxtasis.

El auto de lujo, propiedad del “carnicero”

Damato era titular de una productora de eventos denominada "Infocus Producciones", aunque el principal ingreso que le dejaba esas fiestas era la droga que él ofrecía a los concurrentes.

El dealer era muy cuidadoso a la hora de difundir sus fiestas, ya que algunas de ellas eran clandestinas e inclusive una se llevó adelante durante la veda electoral por las elecciones primarias de agosto.

Para asegurar la continuidad del negocio sin infiltrados, los invitados sólo podían asistir mediante un contacto previo con Damato vía redes sociales o chats privados. Además, otro modus operandi del carnicero narco consistía en cambiar permanentemente la locación de sus fiestas para evitar ser descubierto.

Tras recolectar esas pruebas, los investigadores ingresaron de manera encubierta a las fiestas electrónicas y pudieron corroborar la venta de pastillas de éxtasis a 300 pesos cada una.

Una lancha, otro de los llamativos bienes del “carnicero”

Finalmente, en las últimas horas la Policía de la Ciudad allanó el departamento del dealer, en donde se encontró éxtasis, marihuana, popper y cristal. Damato tenía previsto continuar con su agenda, ya que también se secuestraron 200 entradas para una fiesta que iba a realizarse en los próximos días.

El segundo operativo fue en la carnicería que el hombre usaba de pantalla para "justificar" los bienes de lujo difíciles de explicar. El dealer utilizaba el local para blanquear parte de sus ganancias, y en el fondo montó la base de operaciones para su negocio real.

El local era utilizado como pantalla para ocultar el origen de sus verdaderos ingresos (Fotos: Policía de la Ciudad)

La investigación estuvo a cargo de la División Precursores Químicos de la Dirección Autónoma de Narcocriminalidad de la Policía de la Ciudad. Interviene el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 6, a cargo del Dr. Rodolfo Canicoba Corral.

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