Refuerzan los controles de calidad del agua potable
Las consecuencias de la bajante del Paraná se hacen sentir en el suministro de agua potable. Si bien la extracción de agua del río demanda más esfuerzo para lograrlo en cantidad suficiente, desde el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress) aclararon que se reforzaron los controles de calidad. Asimismo, indicaron que el agua que sale de las canillas de las viviendas mantiene las condiciones de salubridad adecuadas.
“El agua de Rosario es completamente apta para el consumo humano”, subrayó Anahí Rodríguez, directora del ente que tiene a su cargo el control del servicio brindado por Aguas Santafesinas S.A (Assa) en quince localidades de la provincia.
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El histórico descenso del Paraná no sólo cambió drásticamente el paisaje costero sino que introdujo modificaciones en la calidad del agua. Ya en diciembre pasado, investigadores del Conicet habían advertido sobre el aumento de la concentración de sólidos en suspensión o el desarrollo de floraciones de cianobacterias.
Y si bien el agua ingresa más turbia y con mayor concentración de sedimentos a las tomas de la planta de potabilización, cuando accede a la red de distribución lo hace tan incolora, incolora e insípida como siempre; de acuerdo a los análisis de laboratorio del Enress.
“Puede ser que el agua del río, al tener menor caudal, tenga una mayor concentración de sedimentos; pero esto se compensa con el proceso de potabilización”, explicó la directora del organismo.
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