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Pinamar: clausuran un juego en la playa después de que tres personas resultaron heridas

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(Diego Medina)

Un torre con cuatro balcones aparece en el horizonte playero de Pinamar, pocos metros al sur del muelle. De lejos se asemeja a un mangrullo de los que se arman con estructura tubular para los recitales. Pero de cerca se le ven sus raros balcones. Es un extraño juego montado sobre una de las playas más convocantes para los jóvenes, que consistía simplemente en lanzarse al vacío desde hasta 10 metros para caer sobre un inflable gigante. Pero la idea salió pésimo. A pocos días de su inauguración, un joven terminó con una fractura y otros dos con heridas. Y el Municipio clausuró la novedad.

El juego forma parte de la publicidad en la que invirtió una empresa de telefonía celular, por lo que ahora evalúan, tanto la marca como la Comuna, una alternativa. El juego funcionó durante menos de una semana. Los valientes, o los inconscientes, podían tirarse de balcones ubicados a un metro, tres, siete o 10 de la superficie del inflable. Los primeros días hubo fila para probarlo. El que lo hacía debía firmar una constancia de responsabilidad y los menores sólo podían lanzarse desde la plataforma inferior.

Sin embargo, la técnica no era nada sencilla. Así, el martes un joven de 19 años terminó con la fractura de uno de sus tobillos. Fue trasladado al hospital de Pinamar, donde le inmovilizaron la pierna y le dieron de alta. "Los amigos dijeron que se tiró pero cayó sobre la arena", explicó una fuente oficial del Hospital local.

Unos días antes, un hombre cayó mal con la rodilla lo que le produjo una torcedura leve y una chica de 22 años se cortó el mentón tras golpearse con su propio cuerpo al impactar sobre el inflable.

"No era sencillo. Había que tener una técnica de poner las piernas en escuadra y cruzar los brazos. No era para alguien con sobrepeso o el que se asusta y no respeta el movimiento", explicó una chica que participó de la experiencia. Los organizadores probaron al principio con los guardavidas del parador Boutique, que alquiló el espacio, y no hubo problemas.

Finalmente, Municipio de Pinamar, que había cobrado 250 mil pesos por el canon de publicidad, decidió clausurarlo para prevenir nuevos incidentes. "Estamos teniendo reuniones con la empresa con el fin de encontrar un nuevo juego", admitió una fuente comunal a Infobae. Las opciones que se manejan son habilitar solamente el primer nivel o agregarle una tirolesa. También se discute si no convendrá dejarlo simplemente allí, cerrado, como un cartel publicitario, desmedido y extraño frente al mar.

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