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La historia del «Pulga» Rodríguez, el ídolo del Campeón

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Nació entre el brindis y los festejos de un nuevo año en las tierras de Simoca, Tucumán. Luis Miguel "El Pulga" Rodríguez llegó al mundo el 1 de enero de 1985 y forjó una historia que lo convirtió en un representante más del futbolista argentino que viene del potrero. Del barro a la gloria, con esfuerzo, garra y pasión, al mejor estilo Diego Armando Maradona.

Desde pequeño se adueñó de la "caprichosa", "redonda", "pelota", con un amor enorme. Una relación única, que persistió en el tiempo. En el seno de una familia trabajadora, humilde y con nueve hermanos, comenzó a denotar vestigios de un esfuerzo particular que lo llevó a dónde tanto soñó.

En el seno de una familia trabajadora, humilde y con nueve hermanos, comenzó a denotar vestigios de un esfuerzo particular que lo llevó a dónde tanto soñó

Un esfuerzo que no sólo se tradujo en goles, sino también en platos de comida. El "Pulga" no dudó en ayudar a su familia para sostener la economía del hogar. Cómo albañil, pintor y hasta incluso cómo electricista, se las "rebuscó" para colaborar con quienes lo vieron nacer y aun lo acompañan de cerca, o a la distancia.

“Es un trabajo normal. Pero no se gana como en el fútbol. Te tenés que levantar a las 7.30 o en verano antes para trabajar y ganarle un poco al calor. Si bien no estás de bermudita linda, estás con ropa de laburo y es un laburo digno, que sirve y a mí me sirvió muchísimo para valorar las cosas que consigo hoy por hoy. Las valoro el doble”, contó el futbolista en declaraciones periodísticas a medios porteños.

"Si bien no estás de bermudita linda, estás con ropa de laburo y es un laburo digno, que sirve y a mí me sirvió muchísimo para valorar las cosas que consigo hoy por hoy"

En esos tiempos, "había que cuidar las zapatillas para ir al colegio" y por ello la única manera de jugar "a la pelota" era con los pies descalzos. Por ello, Luis nunca dejará de recordar el día que su papá le compró sus primeros botines, con un esfuerzo enorme. "Yo se los compro, después vemos cómo hacemos para comer", habría sido el argumento ante la particular inversión.

"Las pasó todas, viene de abajo", suelen repetir quienes lo conocen desde sus comienzos. Y Luis Miguel Rodríguez no lo olvida, todo lo contrario. Actualmente, en una vida cuánto menos "cómoda" en términos económicos, "El Pulga" organiza ollas populares en su pueblo, Simoca, esa tierra que nunca olvidó. Hoy tiene una familia, su pareja, y dos hijos. Un hogar que lo emociona.

María Beatriz Ardiles, la madre del "Pulga"

Sus primeros trucos de magia dentro del campo de juego comenzó a darlos en un certamen regional que tuvo lugar en su Tucumán natal. Ese torneo, lo catapultó hacia Europa, donde pudo probarse en el Real Madrid y jugar también en el Inter de Italia.

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Sin embargo, su pasaje en el viejo continente también le dejó horribles recuerdos. En Rumania, los abandonaron en una estación de tren, sin plata. "Yo no tenía conocimiento, era muy ignorante. Tenía 16 años. Dijeron que nos iban a pagar una plata que nunca nos pagaron. Cumplimos el mes, nos cargaron en un tren, dijeron ‘éste es el pasaje, vayan en el tren éste que van a ir a la capital y de ahí van a ir a Italia’. Cuando llegamos a la capital no había nadie. Estábamos ahí con cuatro compañeros y no teníamos plata. Nos sentamos en un McDonald’s y pensamos ‘de última alguien se comunicará'. En ese momento yo pensé que nos quedábamos en Rumania. Hay que laburar y conseguir para volvernos", rememoró.

Luis Rodríguez con sus dos hijos y Paula Velárdez, su pareja.

Luego de esa cruel experiencia, regresó a Argentina, para volver a jugar en las calles de Tucumán. Empezó a jugar en el humilde club UTA, que le permitió después llegar a Racing de Córdoba. Desde allí, posó sus ojos el Indio Jorge Solari, quien le abrió la puerta de Atlético Tucumán, el club que hoy lo recuerda cómo uno de sus ídolos.

Tuvo dos etapas en el club tucumano (2005-2010 y 2011-2018). Allí jugó 325 partidos con la camiseta del Decano y anotó 130 goles, siendo así el segundo máximo anotador en la historia del club. Entre esos dos ciclos, transitó durante un breve tiempo, a préstamo, en el club Newell´s Old Boys de Rosario, Santa Fe. Además, en septiembre de 2009 fue convocado por Diego Armando Maradona para jugar con la Selección Argentina, en un encuentro amistoso disputado ante Ghana.

"El Pulga" Rodríguez, ídolo indiscutido de Atlético Tucumán.

Ya con 34 años, recaló en el club de Barrio Centenario, Colón de Santa Fe. En la entidad sabalera jugó más de 60 partidos, fue figura en la Copa Sudamericana 2019 y deslizó la pelota en la red de los equipos contrarios durante reiteradas ocasiones.

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Así, a fuerza de magia, potrero y pasión se ganó de a poco el corazón de la hinchada. Con cada gol y acto de humildad conquistó el alma de cada hincha sabalero. Fue uno de los artífices fundamentales de la gloria. Conquistó, junto a otros compañeros, la primera estrella en los 116 años de historia de Colón de Santa Fe.

Luis Miguel "El Pulga" Rodríguez

La primera copa, el primer título, el primer grito de campeón. Hoy la camiseta rojinegra teje sobre su tela una estrella dorada, la primera. Desde hoy, los hinchas de Colón se emocionan recordando la magia en cada gol de la figura, del "Pulga". Hoy, Luis Miguel Rodríguez quedó en la historia, desde hoy y por mucho tiempo, será "El ídolo del Campeón".

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