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Jugadores Anónimos, la puerta a la recuperación de una adicción silenciosa

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Jugadores Anónimos es una hermandad de hombres y mujeres que comparten mutuamente la experiencia, la fuerza y la esperanza de que ellos pueden resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del problema de jugar compulsivamente. Así lo reflejan en su página web y en los espacios en los que se presentan.

"El único requisito para ser miembro de JA es tener el deseo de dejar de jugar. No se requieren cuotas ni honorarios para ser miembro: nos mantenemos con nuestras propias contribuciones", explican seguidamente.

"Yo no me daba cuenta de lo que me pasaba, esto de jugar compulsivamente y tener una vida completamente desordenada en todos los planos. Mi mujer fue la que detectó un poco este tema y ahí empecé a ir a los grupos de jugadores anónimos. Empecé en este estado de recuperación, no se cura, la enfermedad va a estar siempre a la vuelta de la esquina", comentó Fernando, quien integra la organización.

"Tengo 21 años, 4 meses y cinco días de concurrencia a los grupos y de abstinencia. Me acuerdo un llamado de mi esposa en ese momento donde me dijo: 'perdimos la casa, el trabajo, la familia, tu dignidad, ¿qué más tenes para perder?'. Eso me sirvió para poner los pies sobre la tierra", relató.

Según su propia experiencia, no hay un parámetro para afirmar cuándo comienza la adicción, es progresivo. "Yo habré tenido un poco más de 20 años, ahora tengo 65. Mi generación no está ligada a la tecnología, hoy hay otras maneras de entrar al juego compulsivo que no necesariamente tienen que ser presenciales".

En este sentido, reiteró el diagnóstico: no hay cura, sólo recuperación. "Voy a ser un jugador compulsivo toda la vida, pero estando en grupos y en el programa detenemos la compulsión al juego", explicó en diálogo con Hugo Isaak por Cadena OH!

El tratamiento

Jugadores Anónimo tiene como único objetivo ayudar a las personas a dejar de jugar. La organización no se opone al juego, sino que trata una adicción y enfermedad de autodiagnóstico: el que entiende que no debe jugar es uno mismo.

"Hay personas que juegan y no generan un efecto colateral en la vida, lo hacen sin problemas. Somos responsables de nuestra recuperación, si la familia acompaña mucho mejor", destacó Fernando.

Grupos hay a lo largo de todo el país, pero hay una línea de vida y la página de jugadores anónimos, donde cualquier persona se puede comunicar. Hay grupos virtuales también, está al alcance poder asistir. Se contratan especialistas en adicciones para dar charlas, pero los grupos están conformados por jugadores en recuperación.

"Dentro de los grupos lo primero que te vas dando cuenta que hablas el mismo idioma que lo demás. Nada mejor para un jugador compulsivo que otro, es difícil darse cuenta qué nos pasa emocionalmente. Entonces le decimos que es una sala de los espejos, las consecuencias y las cosas a las que apelamos son las mismas, no importa el juego. La derrota, la estafa, la mentira, es una adicción silenciosa. Nosotros hablamos de la cárcel, la locura y la muerte. El denominador común, la problemática, independientemente del tipo de juego, termina siendo la misma", aclaró.

Por último, brindó una sugerencia: "Desde mi lugar puedo decir que hay una vida mejor sin el juego, se puede parar de jugar con la premisa de aceptar ir a los grupos, ir como si fuera nuestra medicina. Sentarse, escuchar, tener apertura, pensar que lo que nos pasa a los que tenemos una adicción tiene un camino que se puede recorrer".

Escuchar también audio completo:

Cadena OH! · FERNANDO – TESTIMONIO DE JUGADORES ANONIMOS

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