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Guerra narco: familiares de Farías piden protección

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23-11-2016 | POLICIALES | SANTA FE
Guerra narco: familiares de Farías piden protección

Por ese crimen fue detenido Pacotillo Fernández primero y a las pocas horas se entregó Bergallo. Ambos fueron imputados por los fiscales Jorge Nessier y Cristina Ferraro y actualmente se encuentran con prisión preventiva.

“Asesinos, estos dos son los narcos” gritaban ayer los familiares de Carlos Alberto Farías, que marcharon para pedir justicia por el crimen y protección para los que quedaron vivos. Esta mañana, las pintadas con aerosol dejaban ver la palabra “narco” varias veces escrita en la calle, frente a tribunales.

Lo mismo que a viva voz gritaban ayer los manifestantes, hoy se repitió en la audiencia de prisión preventiva, en la que el juez Nicolás Falkenberg dejó tras las rejas a Darío Miguel Bergallo, acusado como “partícipe principal” del delito de homicidio calificado por el uso de arma de fuego en perjuicio de Carlos Alberto Acosta; y la tentativa de homicidio de su hermano Gerardo David Farías.

Los hermanos Farías se conducían por la Circunvalación Oeste, con dirección a la ciudad, el martes 14 de noviembre a las dos de la tarde, cuando fueron abordados por dos hombres en una moto Honda Falcon gris, desde la que abrieron fuego a discreción unos 200 metros antes de llegar a la estación de bombeo Nº 5.

Además del fallecido y el herido, en otra moto iban Ricardo Farías -hermano de los anteriores- y su pareja Analía Torres. Los tres sobrevivientes coincidieron en señalar a Pacotillo como el autor de los disparos y a Bergallo como el conductor de la moto. Los testigos declararon ante la Fiscalía de Homicidios y denunciaron que debieron abandonar la vieja Tablada por la guerra narco desatada “entre los soldaditos de Bergallo y de un tal Puchinga”. De hecho, la cuñada de los Farías recibió una herida de bala en octubre del año pasado, que ella atribuye al grupo de Bergallo.

Aunque no están claras las causas del asesinato de Farías, la autopsia reveló que el cuerpo tenía 10 orificios de entrada y de salida, por lo que se encuentra acreditado que el hombre de 30 años fue ejecutado de 5 disparos. Los testigos relataron que ni bien escucharon el zumbido de las balas, Ricardo y su mujer se cayeron de la moto en la banquina y corrieron hacia el terraplén en busca de refugio. Lo mismo hizo Gerardo Farías, que a pesar de estar malherido pudo escapar. En cambio, Carlos quedó tirado sobre el pavimento con los primeros impactos. No conforme con ello, los asesinos giraron en “U”, volvieron hasta donde estaba el cuerpo y vaciaron otro cargador para asegurar su cometido.

En la desesperación, los dos que estaban ilesos cargaron a Farías en la moto y lo llevaron a la rastra hasta el hospital Iturraspe, donde ingresó sin vida. El herido fue trasladado al hospital Cullen, donde se retiró con alta voluntaria luego de ser atendido.

Fuente: Sin Mordaza-El Litoral

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