«Estamos descubriendo los mecanismos que alargan la juventud»

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El enigma de cómo vivir más tiempo es estudiado por científicos y biólogos

María Blasco Marhuenda es una bióloga molecular española, de renombre mundial, ganadora de los premios más importantes de su actividad. Un emblema de la ciencia y un ejemplo de mujer destacadísima por sus logros. Desde hace 6 años dirige el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

En un aspecto más frívolo, Blasco también es conocida por ser "la figurita difícil de los medios de comunicación", incluso de su país. Pero igualmente Infobae la buscó intensamente, no solo por sus logros y prestigio, sino porque sus investigaciones echan luz sobre dos temas que, sabemos, obsesionan a casi todo el mundo: ¿Cómo extender la juventud? Y ¿cómo evitar enfermedades terribles como el cáncer?

Así es que valió la pena insistir hasta que, finalmente, María Blasco accedió a dar la entrevista para contarnos los resultados de su trabajo; algunos de los cuales aparecen en el libro que escribió junto a la periodista de divulgación científica Mónica G. Salomone Morir joven a los 140: El papel de los telómeros en el envejecimiento y la historia de cómo trabajan los científicos para conseguir que vivamos más y mejor.

-Doctora Ana María Blasco Marhuenda… ¿Se podrá algún día evitar la muerte?

-No, no creo que se pueda evitar la muerte. Somos seres vivos, y como tales, somos mortales. Yo trabajo en entender los mecanismos por los cuales envejecemos porque pensamos que este proceso de envejecimiento celular es la causa de la aparición de muchas enfermedades que nos matan como el cáncer, el Alzheimer, el infarto de miocardio. Entonces, si logramos entender estos procesos, podremos retrasar el envejecimiento y de allí también a estas patologías o encontrar mejores maneras de tratarlas. Pero no creo que seamos capaces de no morir.

-Entonces, no podremos evitar la muerte… ¿Y envejecer?

-Hay que distinguir entre inmortalidad y juventud eterna. La inmortalidad no creo que sea posible pero la juventud eterna tal vez sí, ya que los científicos hemos podido demostrar, en distintos organismos, que se puede modificar el envejecimiento celular y alargar la vida. Estamos descubriendo los mecanismos que alargan la juventud de manera indefinida, claro que con el objetivo de evitar enfermedades.

-¿Por qué y cómo es que envejecemos?

-Son procesos biológicos que ocurren en nuestro organismo que hace que nuestras células se vuelvan más viejas. Lo que hace es que éstas vayan perdiendo su salud, entonces los tejidos no se pueden regenerar, o lo hacen mal. Y es ahí que aparecen las enfermedades y la muerte. Esto ocurre, entre otras cosas, porque los telómeros se van erosionando, se van haciendo más cortos; y es una de las causas de este proceso de envejecimiento.

-¿Quién dicta cuándo empezamos a envejecer?

-Algo muy interesante, que la gente suele desconocer, es que el envejeciendo no está "programado" desde el punto de vista evolutivo. Es decir, no hay genes que nos hagan envejecer (con alguna excepción en la naturaleza). Por el contrario, los genes que tenemos están para hacernos sanos, activos y fuertes. Sin embargo, una vez que pasamos la edad reproductiva, que ya conseguimos pasar los genes, ahí es como que ya no se invierte más en mantener al organismo sano…

-Y empezamos a marchitarnos para dar lugar a lo nuevo… ¿Puede hacer algo la ciencia para retrasar lo inevitable del deterioro?

-Si el envejecimiento, como tal, no está programado, entonces podríamos apostar a tratar de entender cuáles son esos mecanismos que nos mantienen sanos y bien -aproximadamente hasta los 40– para tratar de reproducirlo durante más tiempo y protegernos de enfermedades. Sí sabemos que nosotros, desde el laboratorio, podemos retrasar el tiempo en que esos telómeros se acortan, lograr mantenerlos largos por más tiempo. Lo hemos hecho con ratones. Y lo que vimos es que se retrasan muchas patologías y que los ratones terminan viviendo más tiempo. Conseguimos alargar el tiempo de juventud y con ello mantenerlos sanos y vivos al protegerlos de estas enfermedades. Logramos extender la vida de esos ratones en un 40%.

-Más vida, ¿pero también más salud?

-La longevidad está atada a la salud. Cuando alguien vive más es porque está sano. Para vivir más hay que estar más tiempo sanos.

-¿Existe la fórmula para la eterna juventud?

-Ocurre que, como científicos, nuestro objetivo no puede ser ese. Es, en todo caso, una consecuencia. Lo que estamos haciendo los científicos desde hace 20 años es entender que muchas de las enfermedades que nos afectan hoy en día en los países desarrollados, esas que nos asustan y que nos matan –como cáncer, Parkinson, Alzheimer, enfermedades cardiovasculares-, ocurren porque envejecemos (desde luego dejando de lado aquí las enfermedades infecciosas, transmisibles, que se producen por virus o bacterias).

Buscamos atrasar el envejecimiento porque, en realidad, lo que estamos intentando es entender el origen de patologías que están asociadas al proceso de envejecimiento, para así poder retrasarlas, erradicarlas o tratarlas más eficientemente cuando ocurran. Las células envejecen y este proceso se puede estudiar, se puede conocer a nivel molecular. Esto es lo que hacemos en mi grupo y en otros equipos. Y lo que hemos visto es que es posible retrasar el envejecimiento molecular. Se ha hecho en organismos vivos, de varios tipos, desde ratones, gusanos, moscas, que terminaron viviendo mucho más tiempo de lo normal.

-¿Y veremos el día en que lo hagan en humanos? ¿Alargar artificialmente los telómeros?

-No creo que veamos pronto la utilización de activación de telomerasa para alargar la vida de los humanos, pero sí para tratar estas enfermedades con síndromes teloméricos, que son enfermedades raras que no tienen un tratamiento -como anemia plástica, fibrosis pulmonar- que les acorta mucho la expectativa de vida a quienes las padecen.

-…Allí aparecen los telómeros que usted estudia. ¿Qué son?

-Son estructuras que protegen nuestros cromosomas, que es donde están nuestros genes –algo así como los chips con la información de cómo tienen que ser y qué tienen que hacer nuestras células–. Lo que sabemos es que estos telómeros se desgastan conforme vamos viviendo, a medida que las células se dividen para regenerar los tejidos. Se piensa que esto es una de las causas moleculares de por qué envejecemos y por qué enfermamos. Estos telómeros son muy importantes para la vida. Todos envejecemos y lo hacemos por diferentes rutas moleculares, el desgaste de los telómeros es una de las principales.

-¿Todos nacemos con la misma longitud y calidad de telómeros?

-No, varía de persona en persona, del mismo modo que no todos tenemos el mismo peso o la misma altura. Si bien esta longitud en los telómeros se desgasta con los años en todos los seres humanos, también es cierto que no todos nacemos con la misma longitud. Así, los individuos que nacieron con un percentil más bajo de longitud telomérica, está comprobado que son quienes también tienen más riesgo de enfermarse. Porque ellos son un indicador del estado de salud del organismo. En el extremo están la quienes nacieron con "disqueratosis congénita", una enfermedad hereditaria que se debe a la mutación en una enzima que es la telomerasa (la enzima que mantiene los telómeros).

-En el caso de esa enfermedad, me dice que es genética. Pero en el resto de las personas, los hábitos y el ambiente ¿influyen en cómo se mantienen nuestros telómeros?

-Definitivamente, el ambiente, el modo de vida, tienen un impacto importante también en estos mecanismos moleculares del envejecimiento. El impacto puede ser muy importante, un porcentaje muy alto tiene que ver con el ambiente, no solo con la alimentación, con los hábitos de vida, si se fuma o no, etcétera.

En fin, las recomendaciones que escuchamos diariamente tienen una influencia también a nivel de los telómeros. Es un campo muy interesante de investigación. Más allá de lo que es el sentido común que se sabe de una manera muy clara qué contribuye a acelerar este envejecimiento por ejemplo fumar, la obesidad, y todo tipo de hábitos que aumenten la inflamación del organismo.

-¿El peso también incide en el envejecimiento de una persona?

-No creo que el peso por sí mismo. Sí hay evidencias, en distintos organismos, que una ingesta más baja de calorías, lo que se llama "restricción calórica", puede alargar la vida en organismos modelos, pero en humanos no está claro para nada. En monos tampoco, porque hay trabajos contradictorios. En moscas, gusanos, ratones – y en algunas circunstancias- esta restricción de calorías parece aumentar la longevidad. Igualmente, todavía no se entienden los detalles de cómo ocurre esto. No se puede recomendar a nadie que coma menos para vivir más, pero sí contarles que es un tema que se está intentando entender por qué cuando hay una ingesta más baja de calorías en algunos organismos, eso aumenta la longevidad.

-¿Pero qué incide más en esa velocidad con la que envejecemos? ¿Lo genético y o los hábitos de vida y el ambiente?

-El factor genético es sólo un 20%, el resto es ambiental. Hay experiencia con gemelos (mismos genes) pero con ámbitos de vida diferentes. Ahí podemos ver cuánto incide el factor genético en la velocidad con la que envejecemos. Hasta los 70, 80 años pesa más el modo de vida de que llevamos que los genes que heredamos. Luego sí, inciden más los factores genéticos.

-¿Y todo esto venimos a aprender a partir de estudiar el cáncer?

-Así, es. Para repasar: en el grupo de investigación estudiamos estas estructuras que son esenciales para la vida, que protegen nuestro material genético o ADN, que se llaman "telómeros". Los telómeros son una especie de estructuras protectoras que hay al final de los cromosomas, donde está el ADN. Por una parte, sabemos que cuando los telómeros se acortan, esto lleva a que las células acumulen daño, a que estén más viejas y que eso pueda dar lugar a enfermedades como el cáncer. Hemos visto que si nosotros retrasamos este proceso de envejecimiento, gracias a mantener los telómeros en buenas condiciones durante más tiempo (que es algo que ya hemos hecho en el grupo con ratones) se retrasan muchas enfermedades. Pero, además de eso, nosotros estudiamos qué pasa con las células de cáncer que parecen ser inmortales, a diferencia de las células del organismo que son mortales.

La célula del cáncer se puede multiplicar de forma indefinida si, en principio, tienen el alimento para hacerlo. Tienen la capacidad de dividirse de manera indefinida gracias que mantienen sus telómeros, activando la telomerasa de manera aberrante. Algo muy diferente también de lo que ocurre con las células sanas.

¿Y por qué las células del cáncer consiguen esa capacidad de ser inmortales? Pues gracias a que son capaces de mantener sus telómeros siempre jóvenes. Por eso, en el caso del cáncer, lo que hacemos es estudiar cómo desarrollamos estrategias para destruir los telómeros de esas células cancerígenas, cómo bloquear la telomerasa en el cáncer -o algunas proteínas que influye en la telomerasa-.
Algunos datos:

– En el mundo hay 500 mil personas que tienen más de 100 años.

– La esperanza aumenta 2 años cada 10 años, gracias a los avances de la medicina.

– Todavía no hemos llegado a nuestra esperanza de vida máxima.

– Sabemos que el límite podría estar por encima de los 120 años.

– Si trasladamos ese porcentaje de prolongación de la vida que lograron en ratones (del 40%) y los sumamos la expectativa de vida actual, nos da que podríamos pensar en vivir 140 años.

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