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Detuvieron al acusado del crimen en Cayastá

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05-02-2017 | POLICIALES | ALLANAMIENTOS
Detuvieron al acusado del crimen en Cayastá

Se trata de un joven de 25 años que estaba prófugo por escapar de la cárcel de Las Flores. Mañana se realizará la audiencia imputativa.

Luego de una serie de allanamientos, la policía logró detener ayer al sujeto acusado de ejecutar a quemarropa y a sangre fría a Héctor Elpidio Vargas en Cayastá, localidad del departamento Garay.

El crimen investigado ocurrió en horas de la noche del viernes, dentro del minimercado El Amanecer, en el barrio Sur de la mencionada población.

Allí ingresó Vargas, de 29 años, para pedir ayuda. Palabras más o menos, el muchacho le dijo a una de las cajeras: “Llamá a la policía, que me están esperando afuera”.

En la vereda, su rival estaba con otra persona. No tuvo paciencia. Luego de unos minutos, caminó a paso firme, abrió la puerta del local y se metió. Entre las góndolas buscó frenéticamente a Vargas hasta que lo tuvo enfrente. Entonces, le apuntó con su pistola calibre 9 mm y no tuvo piedad. Le disparó a quemarropa en cuatro oportunidades. Los tiros impactaron en el pecho y el abdomen de la víctima, que murió prácticamente en el acto.

Todo ocurrió ante la mirada atónita de empleados y numerosos clientes que había en ese momento dentro del negocio. Incluso, una mujer fue herida en uno de sus pies por uno de los proyectiles que rebotó.

A partir de allí, con sus autoridades a la cabeza, las distintas dependencias policiales de la Unidad Regional VII se volcó a las calles en busca del sospechoso, ya a esa altura identificado.

Se trataba de Carlos Loseco, un joven de 25 años que estaba prófugo desde hace tiempo, cuando salió de la cárcel de Las Flores por el beneficio de salidas transitorias y nunca regresó, por lo que la Justicia de Ejecución Penal había solicitado su captura.

Luego de rastrillar la vía pública, la policía pudo determinar que Loseco (que tiene domicilio en la capital provincial, pero sus padres son oriundos de Cayastá), tenía parientes en el mencionado barrio Sur de esa localidad, que está ubicado prácticamente contra el río San Javier y alberga fundamentalmente a pescadores.

También llegaron comentarios a oídos de los investigadores sobre que el delincuente -fuera de sí- caminó toda la noche del viernes y madrugada del sábado por las calles de su barrio con el arma de fuego en la mano, mientras amenazaba a los vecinos y aseguraba estar preparado para un enfrentamiento cuando llegara la policía a buscarlo.

Con las autorizaciones legales correspondientes y las precauciones también, equipos tácticos allanaron ayer por la mañana cuatro viviendas de familiares del sujeto buscado. El procedimiento de mayor peligrosidad fue encomendado a la Compañía de Tropas de Operaciones Especiales.

Escurridizo

En ninguno de esos domicilios encontraron al acusado, que -según pudo saberse luego- vio venir a los uniformados, y se escabulló por pasillos hasta la casa de un vecino.

Los policías fueron alertados entonces sobre la maniobra de Lozeco y rápidamente acordonaron el lugar, para evitar una nueva fuga.

Momentos de gran tensión se vivieron en esos momentos, con muchos policías armados que iban y venían, mientras vecinos los insultaban.

Finalmente, ya durante la tarde, agazapado en el patio de una vivienda lindera a las allanadas momentos antes, fue descubierto el sospechoso, que simulaba lavar ropa en unos fuentones. Un equipo de la mencionada fuerza de elite lo redujo, al confirmar que se trataba del hombre buscado.

Sin ofrecer resistencia, Lozeco fue esposado y trasladado hasta una celda de la Alcaidía de Helvecia (se decidió no alojarlo en la Comisaría 5a de Cayastá, para prevenir encontronazos entre sus allegados y los de la víctima), donde quedó a disposición de la Justicia. Los agentes no encontraron ningún arma de fuego durante los procedimientos.

Los fiscales de la Unidad Especial de Homicidios trabajaban durante estas horas con celeridad, analizando las numerosas pruebas que existen, para preparar su presentación en tribunales mañana por la mañana, cuando se realizará la audiencia imputativa contra el acusado.

Móvil

Todavía no está del todo claro cuál o cuáles fueron los motivos que llevaron al asesino a ejecutar a la víctima.

Se sabe que uno y otro formaban parte de distintos grupos “conflictivos” de sujetos que tenían una vieja rivalidad entre sí. Unos residían en el barrio Sur y otros en el Norte.

Por otra parte, trascendió que un par de semanas atrás, en un bar de la zona se produjo entre estas “bandas” un crudo enfrentamiento en el que abundaron las trompadas y las amenazas cruzadas.

Finalmente, también circula un rumor de que el conflicto habría estallado por disputas territoriales vinculadas a la venta de estupefacientes.

Fuente: Sin Mordaza

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