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Depresión, castings fallidos y falta de trabajo: así fueron las últimas semanas de Belén Persello antes de su inesperada muerte

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No puede ser una noticia más. No debe serlo.

El miércoles 13 de diciembre Belén Persello decidió terminar con su vida. Frente al comprensible hermetismo de su familia, fue a partir del posteo de su amigo Victorio D'Alessandro -actor que fuera compañero suyo en Casi Ángeles– que se supo su muerte. Y entonces, tras el desconcierto inicial, llegó una pregunta que quizás nunca tenga respuesta: ¿por qué?

Nacida en Tierra del Fuego y provista de una belleza cautivante, Persello dio sus primeros pasos en Buenos Aires como modelo.

A fines de 2008 fue Macarena en Atracción x 4, la ficción que a fines de 2008 reemplazó a Patito Feo en la pantalla de Canal 13. Pero su gran salto vino un par de años después con Terra, su papel en la cuarta temporada de la recordada novela de Cris Morena, donde vivía un romance con el personaje de D'Alessandro. Allí empezó a ganar trascendencia.

Pero con los meses, con los años, las puertas de las oportunidades en la televisión se fueron entornando para Belén, hasta que hace un tiempo entendió que se le cerraron por completo. Siguió yendo a distintos castings, sí, pero con suerte esquiva. "Te apagaste", llegó a escuchar alguna vez, sin que la persona dueña de aquellas palabras comprendiera el daño que era capaz de generar, el alcance de esa definición. Y a Belén la alcanzó.

Ante todo artista, Persello se refugió en la música: cantante y guitarrista, también era DJ, y llegó a brindar varios shows en Palermo.

Además volcaba su creatividad en la cerámica. "Mi nuevo arte", describió al mostrar en su cuenta de Facebook una de sus creaciones, que acompañó con el emoticón de un corazón.

Una de las piezas de cerámica de Belén

Pero su anhelo era regresar a la televisión. Probarse de nuevo como actriz en una tira. Lo intentó. No pudo. Y esta circunstancia la sumergió en una depresión de la que no pudo sortear, aún con el apoyo incondicional de sus seres queridos, como su hermana, Sol Persello.

"Un día decidiste irte, hermanita -la despidió Sol con una desgarradora carta posteada en su Instagram-. Sé que lo hiciste para estar tranquila, para ser feliz y para alejarte de todo lo que te afectaba. Me va a costar muchísimo aceptarlo. Sé que vos allá estás tranquila y eso me saca una sonrisa". Tal vez desde ahí busquen el consuelo sus padres, su otro hermano, sus amigos. Todos los que aman a Belén.

Casi veinte días atrás, Rocío Gancedo se arrojó al vacío desde el balcón de su edificio de Las Cañitas. También era joven (tenía 29 años) y contaba con un pasado en los medios desde su irrupción en Gran Hermano. Víctima de la depresión, la falta de trabajo y los inescrupulosos de siempre, había dado algunas señales que nadie pudo, supo o quiso leer.

Porque la fama es cruel. Las reglas del mundo del espectáculo también.
Casos como los de Belén y Rocío lo demuestran, tristemente.

Tal vez sea momento de empezar a prestar atención.
O cambiar las reglas de juego.

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