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Costanera norte: quiere revertir el deterioro

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26-12-2017 | ROSARIO | DESDE EL EJECUTIVO
Costanera norte: quiere revertir el deterioro

La Intendencia acudió a una consultora para relevar el estado de las veredas. "No hay hundimientos significativos, pero ameritan intervenciones", admitieron.

Quieren frenar el deterioro de la costanera norteQuieren frenar el deterioro de la costanera norte

La Municipalidad contrató a una consultora de ingeniería para realizar una evaluación y un estudio que expliquen las razones del proceso de deterioro que exhiben las veredas de la costanera norte de la ciudad. El sector más afectado son los 500 metros de la avenida Colombres que se extienden entre la desembocadura del arroyo Ludueña y la calle Gurruchaga, a la altura del club Amistad Marina. El secretario de Obras Públicas del municipio, Raúl Alvarez, apuntó que los hundimientos por ahora "no son significativos, ni peligrosos", pero reconoció que "necesitan revertirse".

Cada verano, la avenida Colombres es sin dudas uno de los espacios más transitados de la ciudad. A la gente que utiliza el paseo ribereño habitualmente para caminar o trotar, se suman muchos socios de los clubes costeros, guarderías náuticas y habitués de boliches que se llenan de diciembre a marzo.

Sin embargo, las tradicionales veredas de dibujos blancos y negros están plagadas de baches, fisuras y baldosas flojas que muchas veces convierten la saludable excursión de la tarde en una verdadera carrera con peligrosos obstáculos.

Con vista al río

La avenida Colombres se inauguró a fines de 1981. El paseo se extiende entre el parque Alem y la bajada Puccio, unos 5 kilómetros que sirven de acceso a media docena de clubes destinados a actividades náuticas, que dan muestra de una antigua relación entre el río y la ciudad.

El circuito incluye un puente sobre el arroyo Ludueña y un brazo que cruza la central termoeléctrica Sorrento. Gran parte de la avenida se construyó sobre terrenos barrancosos y terraplenes. El paso del tiempo, el intenso tránsito de vehículos, y la filtración de agua de lluvia dejaron sus perceptibles huellas.

El secretario de Obras Públicas del municipio apuntó que el deterioro que exhiben algunos tramos de la costanera norte no resulta "significativo" ni puede resultar "peligroso" para el tránsito de personas o vehículos. Sin embargo, consideró que amerita algunas intervenciones.

Para esto, en noviembre pasado desde la intendencia se encargó a la consultora Justo Dome y Asociados un relevamiento de la zona y una evaluación del motivo de los hundimientos existentes en la vereda y de los terraplenes sobre los que los que se asienta la costanera.

La firma es una empresa que presta servicios de consultoría de ingeniería, especialista en estudios de suelo y proyectos viales, de saneamiento y estructuras.

Y en unos dos meses deberá brindar un informe y proponer intervenciones posibles para solucionar los desperfectos que se ven en el paseo. Sobre todo en el sector que se extiende entre la desembocadura del arroyo Ludueña y la calle Gurruchaga, a la altura del club Amistad Marina, considerado como el más afectado.

De emergencia

Mientras tanto, la secretaría de Obras Públicas del municipio ya realizó un relevamiento de los baches que exhiben las veredas "para resolver los problemas más superficiales".

"La idea es empezar a trabajar a partir del mes de enero, e ir reparando los solares por etapas, para no entorpecer el tránsito de las personas", se encargó de precisar Alvarez.

Vale recordar que la última vez que se realizó una reparación integral de las veredas de avenida Colombres fue hace cinco años.

El mejoramiento del paseo costero fue uno de los proyectos más requeridos que los vecinos del distrito norte de la ciudad presentaron ese año en el Presupuesto Participativo.

Varias cuadrillas formadas por cooperativas de trabajo repararon unos 700 metros cuadrados de vereda. Los trabajos de recuperación incluyeron en esa ocasión el recambio de las baldosas de 4 panes blancas y negras, además de realizar tareas de nivelación, contrapisos, sellados de juntas, corte de raíces y ocho metros cúbicos de hundimientos.

Ahora, cinco años después de esa intervención, los baches vuelven a mostrarse y la avenida demanda nuevas obras.

Fuente: SM – La Capital

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