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Consolidado el triunfo, el Gobierno debe resolver los temas estratégicos

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Luego de un excepcional triunfo nacional que le da un amplio respaldo, el Gobierno debe y necesita resolver temas estratégicos para consolidar la reactivación, especialmente en sectores donde hasta ahora no se consiguieron mejoras. En esta línea, el punto neurálgico es desarrollar las inversiones productivas de mediano y largo plazo, donde el aporte de capitales externos y del sector privado local tiene un rol clave, en sinergia con la inversión pública.

Entendemos que regularmente esto es materia pendiente dada su nada fácil concreción, ya que es un proceso que depende del éxito de un conjunto de políticas encadenadas previas, entre las que podemos destacar:

-Al exceso de buenos diagnósticos hay que darle aplicación ejecutiva a través de herramientas novedosas como el fideicomiso y los fondos de inversión directa, que permiten la separación patrimonial con el gerenciamiento idóneo, más esquemas de control y auditoría independiente.

-Incorporar la coordinación y la integración entre áreas de nación y de las provincias, a veces duplicadas, para lograr la puesta en marcha de programas productivos que fomenten las cadenas de valor, uso de tecnología, financiamiento y generación de trabajo.

Estimular la inversión privada en todos los sectores económicos, así como se intenta con el crédito hipotecario en la construcción. Lo importante es no depender exclusivamente de la inversión pública en infraestructura, que siempre es temporal.

-Promover la actividad productiva en todo el país impulsando proyectos público-privados a partir de bienes improductivos del Estado, pero conservando el dominio de estos en vez de venderlos vía subastas, arriesgando el control futuro de esos recursos.

-Diseñar esquemas de financiamiento sustentados en las microfinanzas, especialmente para provincias objetivo para esta modalidad.

-Desarrollar el mercado de capitales que permite la desintermediación financiera, integrando a los inversores con los proyectos productivos, para generar el círculo virtuoso de la economía real que produce trabajo. Para ello, es fundamental la docencia a nivel federal para que sea el puntal del crecimiento de la producción y el desarrollo social en todo el país, priorizando la inversión con todos los instrumentos financieros disponibles.

Para lograrlo, hay reformas de fondo que no pueden demorarse: bajar la asfixiante presión tributaria, especialmente sobre las medianas y pequeñas empresas; sostener la mayor seguridad jurídica; derrotar la inflación y no acostumbrarnos a tolerarla; mejorar la competitividad; modificar la cultura de la inversión financiera especulativa cortoplacista, desarrollar los mercados internacionales para aumentar sostenidamente las exportaciones y mejorar las cuentas fiscales para reducir el desequilibrio fiscal sin endeudarse excesivamente.

Sabemos que la economía argentina presenta signos de recuperación en algunos sectores, pero es necesario establecer políticas que generen un nuevo ciclo de expansión económica sustentable que trascienda a este gobierno; sólo así podremos disminuir los vergonzantes índices de pobreza actuales.

Los capitales en el mundo están disponibles y a la espera de estabilidad y previsibilidad. Pero, además, el ahorro local agazapado necesita del diseño de estrategias e incentivos que lo movilicen, en función de las cadenas productivas, para evolucionar a una verdadera justicia social.

El autor es profesor, Universidad del CEMA.

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