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Cinco consejos útiles para viajar con adolescentes

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04-01-2018 | CIENCIA Y TECNOLOGIA | TIPS
Cinco consejos útiles para viajar con adolescentes

Elegir un destino no siempre es fácil, y menos cuando las expectativas de los integrantes de la expedición son dispares.

Elegir un destino no siempre es fácil, y menos cuando las expectativas de los integrantes de la expedición son dispares. Viajar con bebés o con niños de corta edad implica adaptar destinos, alojamientos y actividades a las necesidades de los más pequeños, pero hacerlo con adolescentes supone un reto algo mayor.

Vencer el primer obstáculo: el destino

Antes de empezar a planificar las vacaciones, es imprescindible hablar con tu hijo y hacerlo partícipe de esta aventura. Hazte la pregunta de cómo te sentirías si te obligaran a viajar a un destino por el que no sientes el más mínimo interés, si te impusieran un programa preestablecido de actividades y si, a de paso, no contaran con tu opinión para nada.

No cometas con él el mismo error. Comenta el tema, consulta a tu hijo o pariente acerca de sus preferencias, hazle propuestas de destinos y pactalos. Descubrirás que la clave del éxito tiene un nombre, y es consenso.

Compartir la planificación

Aunque estés acostumbrado a ser quien planifica las vacaciones o a hacerlo con tu pareja, no te olvides de que ya no viajás con bebés y que, para que todo vaya bien, debés considerar las prioridades y los gustos del adolescente. Por este motivo, resulta muy práctico y efectivo invitarlo a participar de la organización del viaje.

Discutí con él el recorrido y delegale tareas asumibles que despierten su interés y hagan que se sienta parte del equipo. Puede ser una buena idea encargarle la búsqueda de atracciones a ver en el destino, horarios de visita, precios, e incluso que recopile mapas de la ciudad o del transporte público.

Adaptar el programa

Aunque es bueno planificar y conocer de antemano las actividades a hacer durante el viaje, evitá ser estricto y adaptá el programa en cada momento. Si visitás Londres, por ejemplo, no pretendas recluir toda una jornada a tu hijo en la National Gallery o en el British Museum. Podés visitarlos, por supuesto, pero sé comedido.

Seleccioná previamente qué es lo más interesante y optá también por actividades o exposiciones organizadas específicamente para los jóvenes. Si visitás centros que requieren pago de entrada, comprobá si es posible adquirirla con antelación, de forma que puedas acceder directamente, evitando las colas

Facilitar válvulas de escape:

Pasar las 24 horas del día con los padres no es una propuesta, a priori, especialmente atractiva, por lo que es recomendable, en la medida de lo posible, dejar al adolescente que disfrute de momentos y espacios propios. En otras palabras, es bueno facilitarle válvulas de escape que garanticen una buena convivencia.

Esto significa pactar tiempos en los que pueda acceder a internet, utilizar las redes sociales -sobre todo colgar fotos en Instagram- y comunicarse con sus amigos, compartiendo sus vivencias y manteniéndose al día de lo que ocurre a pesar de la distancia.

Flexibilizar las normas:

Estamos de vacaciones, y debemos procurar relajarnos y flexibilizar las normas que rigen el día a día en casa. Es importante ejercer el control parental solo cuando sea estrictamente necesario.

No hace falta levantarse al amanecer y planificar la jornada a golpe de silbato, comer a la hora en punto ni vestir de manera formal.

Y una vez en casa:

Recordar anécdotas y revivir situaciones es una forma excelente de terminar bien las vacaciones. Al regreso, proponerle recopilar imágenes y hacer un álbum fotográfico puede resultar de lo más entretenido y divertido.

PUNTO BIZ

Fuente: SM

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