«Atate que nos matamos»: el choque que casi termina en tragedia en una estación de servicio
Eran poco más de las dos de la mañana de hoy en la estación de servicio ubicada en la bifurcación de las calles Fuerza Aérea, Lanin y Julio A. Roca. Dentro del minishop se encontraba un empleado y un cliente, que estaba sentado en una de las mesas más cercanas a la caja. El silencio parecía adueñarse del lugar cuando, de imprevisto, un auto blanco a toda velocidad se incrustó contra el gran ventanal de la tienda. No hubo muertos de milagro.
En ese Fiat Palio viajaban José Antonio Castillo, de 28 años, y Gabriela Beatriz Maza, de 44. Aún se desconocen los motivos del siniestro, pero de acuerdo al breve testimonio de la mujer ante la Policía pudo haberse tratado de un intento de suicidio.
"Atate que nos cagamos matando", fueron las palabras que, de acuerdo a la mujer, dijo Castillo antes de acercarse a la playa de estacionamiento, según publicó el diario La Voz del Interior. Un instante después, el hombre pisó a fondo el acelerador y el vehículo se introdujo de lleno en el local.
Los dos ocupantes del auto fueron trasladados al Hospital de Urgencias sin heridas de gravedad, mientras que ninguna de las personas que se encontraban en el minishop quedaron lastimados.
Los investigadores todavía no pudieron definir si la intención de Castillo era, en definitiva, llevar a cabo un acto para terminar con la vida de ambos o si fue una broma con un desenlace sangriento.
El accidente también condujo a un desenlace delictivo inesperado. Es que cuando la Policía investigó los datos del siniestro detectó que el mismo Fiat Palio contaba con un pedido de secuestro: el 4 de diciembre fue presentada una denuncia por robo en la Unidad Judicial 22, en el barrio Las Palmas.
De tal manera, ambos ocupantes del vehículo quedaron internados bajo custodia policial. Se espera que mañana lunes se les tome declaración testimonial. Recién entonces se definirá si quedarán detenidos una vez recibida el alta o si ya pueden regresar a su casa.
