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Al Qaeda llegó a Siria

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El grupo yihadista promete reavivar el conflicto sirio y la presencia de miles de sus combatientes desde fines de diciembre de 2017 así lo proyecta.

Desde principio de enero operan en Siria dos nuevas organizaciones yihadistas favorables a Al-Qaeda: Shaysh Al-Badiya (Ejército del Desierto en idioma español) y Al-Malahem (Batallas épicas). Estos dos grupos formaron parte de la antigua filial oficial de Al-Qaeda en Siria y se conocían bajo el nombre de Jund Al-Sham que finalmente se desconectó de Al-Qaeda para ganar legitimidad dentro de la comunidad internacional.

A la fecha, como parte de la desconexión entre las dos organizaciones, el nombre de Jund Al-Sham ha cambiado dos veces: primero en julio de 2016, cuando adoptó el nombre de Jabhat Fatah Al-Sham y recientemente, en enero de 2017 cuando pasó a llamarse Hayat Tahrir Al-Sham, ultimo nombre de la organización.

La ruptura entre Al-Qaeda y su antigua filial fue llevada a cabo unilateralmente por el líder de Jabhat Al-Nusra, Muhammad al-Julani, pero no fue respaldada ni bienvenida por aquellos elementos dentro de Jabhat que aún eran leales a Al-Qaeda y cercanos al liderazgo de la organización basada en Afganistán.

La hostilidad entre Al-Qaeda y el liderazgo de Julani se intensificó como resultado de su decisión de cortar los lazos con la organización madre conducida por Ayman al-Zawahiri. Esta hostilidad se intensificó en los últimos meses y alcanzó su pico más alto con el arresto de altos cargos de Al-Qaeda en Siria, como Sami al-Uraydi.

En medio de esta escalada, la aparición de los dos nuevos grupos pro Al-Qaeda muestra que la tensión ha llegado a un punto de ebullición. Es posible que esta escalada no se detenga con la formación de los nuevos grupos como sucedió en el pasado, los ataques verbales en las redes sociales muestran una hostilidad mucho más agresiva y puede llevar a enfrentamientos entre diferentes facciones yihadistas en Siria.

La reciente aparición de estos grupos también sugiere la continua influencia de los yihadistas de la vieja guardia de Al-Qaeda

Como publicó el diario libanés Al-Akhbar cercano a Hezbollah, Shaysh Al-Badiya fue formado en el 2015 por el principal funcionario de Jabhat Al-Nusra: Abu Turab al-Hamawi, quien fue muerto en mayo, de 2016 en la batalla por la base de la Fuerza Aérea de Abu Al-Duhur, al norte de Siria. Hoy, este grupo está dirigido por Bilal al-San'ani; mientras que Abu Amara al-Hadidi está a cargo de sus asuntos administrativos y Abu Ali Ghouta maneja sus asuntos militares.

El diario libanés informó que Abu al-Kahtani es considerado el "padre espiritual" de la organización. Sus números no son claros, pero existen indicios de que muchos de sus combatientes son extranjeros. La aparición de Shaysh al-Badiya y Al-Malahem, ambos orgullosamente ondeando la bandera de "Qa'idat al-Yihad fi Bilad al-Sham" (Al-Qaeda del Levante y Siria en idioma español), configura un acto de desafío contra el régimen de Assad, así como una señal de peocupación para la comunidad internacional respecto de una nueva escalada en la guerra civil siria ante el deseo de los yihadistas de continuar con el legado de Osama Bin Laden de la yihad global y permanente.

La reciente aparición de estos grupos también sugiere la continua influencia de los yihadistas de la vieja guardia de Al-Qaeda quienes están cerca del comando central de la organización en Afganistán, y que se han mudado de Afganistán a Siria entre diciembre y enero de este año. Algunos de los agentes de la vieja guardia se consideran pertenecientes a lo que se conoce como el Grupo Khorasan, el núcleo fundacional y mas duro de la organización.

Tanto Shaysh al-Badiya como al-Malahem operan canales de propaganda en Telegram que fueron creados en diciembre de 2017. El canal de Shaysh al-Badiya tiene más de 4.400 seguidores y al-Malahem canaliza más de 2.400. Aunque no hay datos cuantitativos o cualitativos con respecto a estos dos grupos, se sabe que operan juntos en la región meridional de Idlib y en la ciudad de Homs, donde todavía participan en la lucha contra los leales al régimen del presidente Assad mientras cooperan con otros islamistas y grupos rebeldes. Según un vídeo publicado en Telegram por Shaysh Al-Badiya, su consigna es: "Nuestro yihad continúa hasta que se establezca el mandato del Islam sobre la faz de la tierra".

En las últimas semanas, la estrecha cooperación entre Shaysh Al-Badiya y Shaysh Al-Malahem operada por el clérigo saudita Abu Al-Rahman Al-Makki, se ha vuelto evidente en operaciones militares conjuntas confrontando el avance del ejército sirio. En esas batallas dos comandantes del Shaysh Al-Malahem; Abu Qasura al-Hamawi y Abu Muhammad Sahhal murieron en combate el fin de semana en la región rural sureña de Idlib.

En tanto el mayor éxito hasta hoy de las tropas de choque de Shaysh Al-Badiya y Shaysh Al-Malahem ha tenido lugar el pasado domingo al frenar el avance de una división del ejército sirio en la aldea de Al-Mashirfa, al sur de Idlib, donde tomó dos soldados prisioneros, robo armas y ocasionó varias bajas a las tropas del régimen, según informó el comando ruso en Siria, aunque el gobierno sirio no reconoció ni negó esos hechos.

La presencia continua de Al-Qaeda en Siria indica que a pesar de sus muchos desafíos, la organización de Ayman Al-Zawahiri todavía tiene una influencia considerable en muchos yihadistas. Además, la decadencia del Estado Islámico (ISIS por sus siglas en ingles) constituye una gran oportunidad para que Al-Qaeda restablezca un grupo que se identifique con ella en Siria.

Declaraciones recientes de la Sección para Oriente Medio de la Cancillería rusa, indican que Al-Qaeda amenaza con posicionarse como un actor persistente y comprometido en la arena siria y como un espacio alternativo para los yihadistas que lucharon en las filas de otras organizaciones, como los cientos de ex miembros del Estado Islámico.

Al-Qaeda es un espacio alternativo para los yihadistas que lucharon en las filas de otras organizaciones, como los cientos de ex miembros del Estado Islámico.

Para analistas militares estadounidenses, es en el marco de esta situación que se debe interpretar la ofensiva del fin de semana de la fuerza aérea rusa apoyando a las fuerzas de Assad sobre la región del Idlib, donde en varios bombardeos, los rusos abatieron unos 100 islamistas pertenecientes a ambos grupos, según informó la prensa árabe regional

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