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“Con Macri hay diálogo, pero a la hora de distribuir los recursos no hay equidad”

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15-05-2017 | POLITICA | ENTREVISTA
“Con Macri hay diálogo, pero a la hora de distribuir los recursos no hay equidad”

El gobernador de Santa Fe respondió algunas preguntas sobre la realidad provincial y nacional.

Miguel Lifschitz alterna frenéticamente su gestión entre la cotidianeidad santafesina y el peregrinaje semanal por los despachos nacionales de Capital Federal. Junto con Córdoba y Buenos Aires, la provincia sigue siendo uno de los distritos de mayor importancia económica y política nacional. Gobernada por el socialismo en los últimos años, su posicionamiento le ha valido profundos desencuentros con el exgobierno kirchnerista y mejores condiciones de diálogo ahora con Cambiemos. Sin embargo, para Lifschitz a la hora de la distribución de los recursos sigue sin haber "equidad". También sostiene que el progresismo santafesino no tiene posibilidad de alianza con el massismo y que el 2019 el candidato a gobernador saldrá de un acuerdo que no incluirá al PRO. Veamos los tramos salientes del diálogo que mantuvo con este diario, en una visita a Ámbito Financiero.

Periodista: ¿Hay un avance en materia de obra pública nacional?

Miguel Lifschitz: Nación anunció muchas obras pero todavía no puso en marcha ninguna, sólo continuó con las que estaban en ejecución. Las que están en marcha son todas prácticamente provinciales, tanto las hídricas como las viales. Para financiarlas emitimos deuda por u$s 500 millones y reforzamos el Presupuesto.

P.: ¿Cómo siguen el tema de la inseguridad y del narcotráfico?

M.:L. Viene funcionando muy bien el trabajo con el Ministerio de Seguridad nacional. Logramos trabajar en equipo.

P.: ¿Dio resultados el refuerzo de gendarmes?

M.L.: No hay una gran cantidad de gendarmes, pero los que están, están bien distribuidos. Estamos trabajando más que en patrullajes, en la prevención, en una mayor inteligencia criminal, en la persecución de organizaciones. La lucha conjunta con otras provincias ha sido muy importante. Y todo esto hace que los índices hayan bajado de manera significativa.

P.: Hay sectores de la UCR que ya hablan de un candidato a gobernador para 2019 surgido de un acuerdo con Cambiemos.

M.L.: Es incompatible pensando en 2019 que pueda haber una confluencia de Cambiemos con el Frente Progresista. Son expresiones distintas que van a competir ahora y en 2019. El radicalismo tendrá que decidir en qué lugar quiere ubicarse. Hoy por hoy es parte del gobierno y la gestión no hay tenido ningún tipo de dificultad.

P.: Pensando en octubre, el interrogante que se plantea es cómo se terminará acomodando en Santa Fe la distorsión que hay a nivel nacional entre el espacio del progresismo, el radicalismo y el PRO.

M.L.: Yo creo que eso ya está resuelto. Habrá una lista de diputados del Frente Progresista, en la que seguramente va a haber algún dirigente del radicalismo, y va a haber una lista de Cambiemos en la que habrá candidatos del PRO, y probablemente alguno del radicalismo. No es muy distinto a lo que va a ir pasando en el resto del país.

P.: ¿Es posible una réplica local del acuerdo que Margarita Stolbizer tiene con el Frente Renovador de Sergio Massa a nivel nacional?

M.L.: No, no es posible. En Santa Fe el GEN de Stolbizer integra el Frente Progresista y va a seguir participando, pero el Frente Renovador no tiene un desarrollo real en la provincia. No forma parte de nuestra alianza ni hay ninguna perspectiva de que eso ocurra. A nivel nacional el Frente Progresista comparte espacio con Libres del Sur y con el GEN, y el acuerdo fue dar libertad de acción en los distritos, para que cada fuerza se organice de acuerdo a su estructura local. Algo como lo que propone Cambiemos y lo que seguramente va a terminar haciendo el peronismo.

P.: ¿Quién podría encabezar la lista del Frente Progresista?

M.L.: Debería ser Antonio Bonfatti, (exgobernador y actual presidente de la Cámara de Diputados), es el que más intención de voto tiene y el que más tranquilidad nos daría. Pero en principio ha dicho que no quiere ser candidato porque está muy cómodo en la cámara. Si no fuera él, entonces pensaríamos en otra alternativa con candidatos menos conocidos.

P.: ¿Hubo algún avance en relación al pago de la deuda que Nación tiene con la provincia por la coparticipación y que la Corte Suprema ordenó restituir?

M.L.: Ahí estamos, de promesa en promesa. Habíamos avanzado bastante con Alfonso Prat Gay, pero recomenzamos con Nicolás Dujovne y estamos esperando una propuesta. La deuda a valores actualizados ronda los $40 mil millones.

P.: ¿Cuáles han sido a su criterio hasta aquí los aciertos del Gobierno de Macri?

M.L.: Salir del cepo del dólar, haber arreglado con los holdouts, haber eliminado las retenciones a las exportaciones del sector agropecuario y bajado las de la soja, y haber mantenido la asignación universal y haberla extendido en algunos criterios.

P.: ¿Y los errores?

M.L.: Haber intentado designar a los miembros de la Corte sin acuerdo parlamentario y el manejo del tema docente, porque se intentó no nacionalizar la discusión y con ese argumento no se convocó a la paritaria y se terminó nacionalizando de la peor forma y se trasladó el problema a todas las provincias. También sigue siendo un error no tener una política más activa de promoción y de protección de la industria, sobre todo de la pequeña y mediana, porque es un sector que no tiene tanta competitividad como otras empresas multinacionales en el merado global pero que genera muchas fuentes de trabajo.

P: ¿Cómo definiría su relación con la Casa Rosada?

M.L.: Buena, tenemos diálogo. Pero más allá de que hay mayor nivel de diálogo se sigue tratando con distinta vara a los amigos o a los políticamente afines que al resto. Y eso no es bueno, sobre todo para un gobierno que hace alarde de su federalismo y de su amplitud y del trabajo con todos. No puedo decir que no haya diálogo, porque de hecho hay apertura, teléfonos y despachos abiertos, hay buena predisposición pero a la hora de distribuir los recursos no hay equidad.

P.: ¿Qué opina del fallo del 2×1?

M.L.: Fue un error grueso de los ministros de la Corte. El fallo seguramente debe tener argumentos técnicos porque conozco mucho a Horacio Rosatti, que es un jurista serio y estudioso, pero faltó el análisis político y del contexto social, cultural, histórico. Una Corte debe tener dos criterios: el técnico que es fundamental, pero también debe tener una mirada sobre la situación política en general no particular ni partidaria.

P.: La crisis de Sancor ¿es particular de la empresa o una consecuencia general?

M.L.: En la Argentina falta una política láctea hace 40 años. Sancor va a tener un respiro con el apoyo del Gobierno. Es un préstamo de $450 millones por un año que si bien no resuelve la crisis profunda, ni es un aporte demasiado generoso, le permite salir de la coyuntura actual salarial. Hay una crisis general del sector de los lácteos. La caída del precio internacional y el atraso del tipo de cambio hacen inviable la exportación, que hubiera sido una gran oportunidad. La única que seguía exportando era Sancor a Venezuela, un acuerdo que se cayó con la llegada del nuevo gobierno. Se redujo el consumo interno y la producción láctea, con lo cual las empresas tienen a su vez dificultades para obtener la materia prima. A esto se le agrega un convenio de trabajo muy alto y con un sobrecosto para el gremio, y el drama de las inundaciones. Una tormenta perfecta.

Fuente: SM – Ámbito Financiero

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